Elena Huelva, una estrella en el firmamento

España.- 'Mis ganas ganas' se ha convertido en el símbolo de lucha de una joven sevillana, Elena Huelva, que plantó cara a un cáncer que le fue diagnosticado con solo 16 años: un sarcoma de Ewing. Se trata de un tipo de tumor que afecta a los huesos o a los tejidos blandos. Así se refería Elena Huelva al impacto de su enfermedad: “Si tener cáncer ya es complicado, imaginaros en plena adolescencia. Y no sólo hablo de la vida social, si no por los cambios físicos tan bruscos que conlleva los tratamientos que por desgracia nos tenemos que meter en el cuerpo. Le esperaba un largo camino, donde dio lo mejor de sí. Nada la paró.

Tras cuatro años de pelear contra su enfermedad, su luz se apagó. Un país entero la llora. El cáncer pudo con su cuerpo, pero no con su alma. Su mensaje de coraje y fortaleza ha calado en la sociedad con la intensidad con la que viaja el eco sobre las desnudas montañas. Pese al triste desenlace, la lucha de Elena Huelva no ha sido en vano porque logró uno de sus propósitos: la visibilización de su enfermedad para conseguir más investigación en este tipo de cáncer poco frecuente. Fue una decisión vital. Quiso sentirse útil, servir de apoyo para otros/as jóvenes o niños/as que pasaban por lo mismo. Al tiempo, quizá sin pretenderlo, forjó una familia de seguidores en las redes sociales que sentía amor y admiración por ella. Elena Huelva nos robó el corazón a todos.

Su lema: 'Mis ganas ganan' fue su grito de resiliencia. En un trocito de su historia, Elena Huelva contó: “Que sí, que nadie lo desea. Que uno piensa que estas cosas solo le pasan a los demás, y no nos lo creemos hasta que no nos pilla de cerca, ni de lejos. Y que sí, que es una putada. Que hasta ese día no sabes lo que es ni lo que supone o en qué te afecta. Que cuando te toca te tienes que comer el marrón tú solo…”

 Pese a la adversidad, sus inmensas ganas de vivir lograron que no perdiese aún, ni en los peores momentos, esa bella sonrisa que lo llenaba todo. Ella se enfrentó con valentía a la gran muralla de sus miedos. Con su actitud y su positividad desafió a su enfermedad con el coraje de una guerrera espartana. Ha sido el ejemplo para muchos, que le han apoyado enviándole muestras de cariño, afecto, apoyo, ánimos y superación. Elena Huelva nos enamoró por su naturalidad, bondad, cercanía, humidad y, sobre todo, por la titánica fortaleza, arrojo, valentía y coraje con la que enfrentó esta enfermedad que no le dio tregua. Su apoyo incondicional, siempre fue el amor de sus padres, y el su hermana, Emi, quien se convirtió en su bastión. Ambas hermanas unidas por un amor auténtico, dos ángeles inseparables.

Elena Huelva demostró ser una mujer poderosa. Con una madurez descomunal, y nos hizo sin pretenderlo, el mayor de los regalos, desnudó su alma. Compartió su lucha. Con cada diagnóstico. Con cada ingreso en el hospital. Con cada prueba médica. Con cada tratamiento, sus efectos y consecuencias. Y también con su dolor. Su tristeza. Su miedo, sobre el que afirmó: El miedo es natural, lo valiente es hacerse responsable y transformarlo en luz para el mundo”. “Tienes que controlar tus miedos, ser más fuerte que estos”.  No obstante, siempre confió. Disfrutó de la vida, única e inmensa. Elena coleccionó instantes hermosos, porque se trababa de eso, según sus palabras: “Amaras lo cotidiano, porque no existirá siempre”. Para siempre nos quedará la Elena Huelva enamorada de la vida, haciendo que cada momento mereciese la pena. Como ella misma afirmaba: “No se trata de esperar, se trata de quedarnos con los que están y vivir (nos) como si fuera la última vez”. La recordaremos como una chica de veinte años con sus canciones y sus coreografías preferidas en sus reels. En los conciertos con sus artistas preferidos. De paseo por la playa. Chapuzones en el mar. Ratitos especiales con su familia. Días disfrutando del sol acariciándole el rostro. Su viaje a Disney. Sus cumpleaños. Días de Navidad. Días de Reyes Magos. Que se mezclan con las estancias en el hospital, tratamientos, pruebas, controles y medicación.

 “Realmente pocas sensaciones son tan increíbles como después de estar días en el hospital, salir, y que te dé el sol y el aire en la cara”.

 Elena también mostró su lado más activista con el propósito de visualizar la enfermedad. Fue portada de la revista Elle España en especial Las caras de la esperanza, edición del pasado mes de octubre. Durante la celebración de la gala solidaria ELLE Cancer Ball 2022 recibió uno de los cuatro premios que se otorga a las personalidades cuya vida ha sido tocada por el cáncer. No podía estar más feliz. No podía estar más bella enfundada en un vestido rojo, con su icónico pañuelo en la cabeza de color rosa empolvado. También presentó a su baby pelón, orgullosa de haber diseñado y dibujado su pañuelo, una iniciativa impulsada a través de Fundación Juegaterapia para recaudar fondos para esta enfermedad. Además, su mayor orgullo, debutar como escritora con su libro: Mis ganas ganan. Nadie nos ha prometido un mañana, vive el presente (Montena, 2022), que ya iba por su 6ª edición. No podía estar más feliz, “con la sonrisa al fin del mundo”.

Elena nos deja huérfanos. Huérfanos de su fortaleza. Huérfanos de su existencia. Huérfanos de su alegría. Huérfanos de su vitalidad. Huérfanos de su sonrisa. Cuántas cosas te quedaron por hacer pequeño ángel, tenías una hermosa vida por delante. Siempre serás la ‘Mujer de las mil y un batallas’. En nuestra memoria tendrás 20 años. Serás la joven de belleza serena, cálida sonrisa, elegancia innata y profunda mirada. La más grande de las guerreras. Te echamos de menos. Te seguiremos contando nuestras alegrías y tristezas porque tú formas parte de nuestra familia de vida. Al despedirte nos dijiste que nos seguiríamos viendo y como decías: “Lo único imposible es lo que no se intenta”. Sabemos dónde encontrarte, porque  tú brillarás siempre con ‘Mis ganas ganan’ en ese firmamento entre millones de estrellas.

“He aprendido que el presente es lo que tenemos asegurado para disfrutar, saborear, amar… El futuro tienes que dejarlo fluir, nada es seguro, solo luchar en el presente por lo que quieres sin preocuparte demasiado (¿cuántas veces nos ha preocupado cosas que no han llegado a pasar?”

 Elena Huelva